miércoles, 1 de mayo de 2013

¿Seguirá Argentina tras los Andes?

Mendoza


En todo el tortuoso y largo viaje, no me he podido poner en contacto con mi nueva couch Yazmín, y Marcela su madre.
Para cuando estamos en Mendoza son más de las 02:00, así que me pongo a buscar alojamiento con la ayuda de Sebas. Un solo problema, es sábado de semana santa. Todo está completo, de lo más barato a lo más caro.
Yo le digo a Sebas que me deje en la estación de buses y allí me arreglo. El no tiene sitio donde meterme, pero se niega a dejarme dormir en la terminal.
Nos encontramos a una amiga suya que está con una amiga. El que la sigue la consigue. Después de un buen rato dando la tabarra, consigo que Patricia, la amiga de la amiga de mi amigo, me deje un sitio en su casa. ¡Tres hurras por la buena gente!.

Amanece el domingo y me pongo en contacto con Yaz. Quedamos a las 12:00 en la Plaza Italia, muy cerquita de su casa. Patricia me lleva hasta allá.
Está lloviendo. Yaz me espera en medio de la plaza con la capucha puesta, nos vamos de frente para casa.
Viven de alquiler desde hace poco tiempo en una enorme casa. Todo es antiguo, tiene cuadros que dan autentico miedo, una biblioteca repleta de libros...
Me instalan en la que era la habitación del servicio. Está frente a la puerta exterior de la cocina. No está mal, incluso tengo baño propio.
Soy el primer invitado couchsurfer que tienen.
Damos Yaz y yo un paseo por Mendoza. Vamos al museo del Área Fundacional, donde nos explican la historia de la ciudad y la región. Incluye la visita a las excavaciones de la antigua fuente, que se encuentran bajo la actual fuente de la Plaza del Castillo. Además visitamos con la guía, las ruinas jesuíticas de San Francisco.
Mendoza quedó totalmente destruida en el terremoto de 1861, tras el cual, la ciudad tomo su fisonomía actual. Amplias avenidas y un buen puñado de plazas. Espacios amplios donde poder evacuar a la población en caso de un nuevo sismo.

Hoy lunes, vamos a ir con Marcela y Damián, su hermano, de excursión a Villavicencio. Una Reserva Natural Privada de donde se extrae el agua mineral de mismo nombre.
Un hotel abandonado y unos jardines en igual mal estado, es lo que la marca, perteneciente al pequeño grupo DANONE (tal vez debería escribirlo con una fuente mayor), son capaces de ofrecer.







A la vuelta a la ciudad, visitamos el Cerro de la Gloria, donde se erige el Monumento Nacional al Ejercito de los Andes, en conmemoración del centenario del cruce de los Andes del ejercito al mando del General San Martín para la liberación de Chile y Perú.



Esta noche Damián y Lourdes, su novia, hacen asado en su casa. Yaz y yo estamos invitados. Acá otro culpable de mis kilos de más.
Asado, cerveza y fernet, no lo hay mejor para ir a acostarse.

Hoy a las 11:00 llega Jana, otra couch que pasara aquí un  par de días. Vamos a recogerla a la terminal, y tras dejar sus cosas en casa, salimos los tres a pasear y ha comprar.
Me toca hacer la comida y recurro a mi receta de cous cous. ¡Pero como se puede cocinar tan bien!.
Siesta de rigor y paseo nocturno por el Parque San Martín.


Entrada al Parque San Martín.


La cena, riquísimas albóndigas a cargo de Marcela, ¡como va a cocinar mal una madre!.

Hoy es mi último día en Mendoza, mañana llega otro couch que ocupará mi cuarto. 
Paseamos un poco por la mañana y compramos para la comida. Espaguetis con tomate y las albóndigas que sobraron.




Tras la siesta, voy a conocer el Museo de Arte Moderno, que se encuentra en la Plaza de la Independencia, centro de la ciudad. Paseo por el Parque Cívico, donde está la casa de gobierno y el memorial a la bandera.



La última cena estará al cargo de Jana. Patatas y calabaza al horno con pollo salteado, y un postre alemán de cuyo nombre no puedo acordarme.
Vemos una peli y a la cama.


Con Damian, Yaz y Jana.

Salimos temprano para dejar a Jana. Para no irme demasiado pronto, Acompaño a Marcela y Yaz a comprar.
A la vuelta me dejan encaminado en la ruta hacia San Juan, mi próximo destino.
Camino algo menos de una hora, hasta que me levanta un camionero. Me deja en Media Agua, donde me como un lomito y me pongo a hablar con unos hombres de Córdoba. Se dedican a la venta de coches y se ofrecen para llevarme el sábado de San Juan a Córdoba. En cualquier caso me dicen que les avise a mi paso por Córdoba, que siempre habrá un asado que compartir.
Un camión y un coche me dejan por fin en San Juan.

San Juan

Llamo a Marcos, un buen amigo del Belenos Club de Rugby. Esta trabajando y quedamos en el centro a eso de las 19:00.
Dejo la mochila en la oficina de información y paseo por San Juan hasta que por fin me encuentro con Marcos y su flamante nueva novia y futura esposa, Paulina. Nos tomamos un café y un tostado.


Nada más que un coche viejo, pero me mola jajaja



Parece que Marcos y yo tenemos la cabeza igual de grande, pero el tiene dos veces mi cuerpo. ¡Grande!

Vamos para casa de Marcos y conozco a sus padres y su abuela española. Nona, como la llaman, perdón, llamamos, nació en Almería. A los cuatro años se vino para acá. Nunca volvió.
Alicia y Pedro son sus padres y me reciben como a uno más de la familia. Aquí voy a estar como en casa.

Marcos creo que va a ser el más rico del cementerio. Trabaja doce horas, siete días a la semana. ¡Casarse no es barato!. Me tengo que buscar compañeros de paseo jaja.
Pedro, uno de sus hermanos, pasa a media mañana por casa para conocerme, desayunar conmigo y llevarme a pasear por la ciudad, entre visita y visita a sus obras. Es contratista y tiene bien de trabajo. Antes de dejarme de nuevo en casa, me lleva a casa de sus suegros, donde los conozco a ellos y a su esposa Laura.
Comida, siesta y a pasear con Pedro padre. Conozco a Pablo, hermano mayor de Marcos, y Teli, su esposa. Trabajan ambos en una farmacia estatal.
Llego en un gran momento familiar. Pablo, después de muchos años de lucha, ha conseguido la custodia de Bautista, su hijo de once años. Bautista, con una madurez increíble, defendió ante la juez la decisión de vivir con su padre.
Mañana lo celebramos en casa de los padres de Teli.
Esta noche, Marcos tiene entrenamiento con los Alfiles Club de Rugby. Ya llega tarde, así que decide no entrenar. Conozco a sus compañeros en el bar donde quedan a comer y beber algo tras los entrenos.
Cenamos en casa como si fuera una boda, Alicia y Nona cocinan más que bien. Ya entiendo porque Marcos es dos veces yo.

Hoy, viernes 5 de Abril, es la fiesta de bienvenida de Bautista. Nos juntamos como treinta personas en casa de la madre de Teli. Como no, el asado y el fernet también estaban invitados. Todo riquísimo y muy buena compañía.
Estamos celebrando algo muy especial. La familia que forman Pablo, Teli y sus hijos Bautista y María Paz, por fin será una familia a tiempo completo. Si, digo sus hijos por que el cariño con que Teli trata Bautista, en ningún caso me parece diferente al que recibe Maria Paz, que es sangre de su sangre.
Creo que ninguno de los allí presentes fue capaz de no emocionarse cuando Pablo nos habló, y nos agradeció compartiéramos este momento tan importante con ellos.


Con el encargado del asado. Gran persona Pablo, en todos los sentidos jaja.


Fernet y asado, ¿Qué más se puede querer?.


¡Mi familia de San Juan!.

No me levanto demasiado temprano que digamos. No recuerdo muy bien en que eché el día, pero que raro, si que recuerdo la cena. Celebración del cumpleaños de Laura, esposa de Pedro. Pizzas, dulces y un fernet en su casa.
Paulina, Marcos y yo nos vamos a tomar algo. Una gintonic en un resto-bar tranquilito para bajar la cena, y la verdad que viendo el ambiente de los boliches (pubs, discotecas...), no nos apetece mucha más fiesta. Además Marcos trabaja mañana.

Hoy domingo he quedado con la familia de Hugo, el otro buen amigo de San Juan que hice el año pasado en  el equipo de rugby.
Con sus hermanos Ramiro, Maxi, Ezequiel y sus familias, y Hugo y María, sus padres, paso un muy buen domingo. Pollo al disco para comer, y asado para cenar. ¡Domingo bien familiar y argentino!.
Hugo padre es invidente desde hace quince años. Se desenvuelve solo sin el aparente menor problema, juega al futbol, deja el plato más reluciente que yo y su camisa más limpia... Es realmente increíble ver lo que se puede llegar a conseguir con tesón y ganas de vivir. Ejemplo a seguir y una vuelta a la realidad para los que nos gusta quejarnos y lloramos por cualquier problemilla.



Viene Pedro hijo a desayunar conmigo, y me voy con el a replantear los cimientos de la casa que están por comenzar a construir. Tras un rato, nos vamos a conocer el dique de Ullum y sus alrededores.


He decidido que mañana me voy hacia Córdoba, pero Pedro padre, no va a permitir que alguien mal vestido como yo, diga que paso por su casa jaja. Me regala pantalón, camisa y una copia de Martín Fierro, considerado libro nacional de la Argentina. No puedo más que agradecer el trato y la atención recibida en estos días por todo la familia Gutiérrez.
La idea es salir a cenar algo con Paulina y Marcos, pero se han enterado que Pablo y Teli tienen asado. Donde comen cuatro comemos siete . Llevamos helado de postre.
¡Como va siendo costumbre, me despido con un asado!.

Hoy Ramiro, hermano mayor de Hugo, ha de viajar a La Rioja. Pasa a buscarme hacia las 07:00, y llego con el hasta Chepes. De camino he conducido un buen rato, Ramiro viene medio cansado.
Cruzo Chepes hasta la salida, no sin antes encontrarme con un tipo viejo que, sin ningún pudor ni miramiento me propone sexo. Realmente no se si sentirme alagado o darle un puñetazo, la incredulidad solo me deja desearle suerte con su búsqueda.
Un camión de ganado me carga, si, me carga.




Treinta kilómetros encima de una jaula de vacas. ¡Este viaje no deja de sorprenderme!.

Un hombre que lleva semillas para sus cultivos me deja en el cruce de la 79 con la 77, esto es tierra de nadie.
Una maestra se suma a la cola y, seguramente gracias a su delantal de profe, un técnico de telefonía nos levanta hasta Milagro. Milagro va a ser que pase alguien por aquí.
Pues se obró el milagro. Unos padres van a visitar a su hijo a Córdoba. Es la primera vez que vienen por esta ruta. Seré su compañero de viaje los próximos 292 kilómetros.  





















viernes, 26 de abril de 2013

¡Lindo Valparaiso!

Santiago


Llego a mi tercera capital sudamericana. El subte me lleva hasta la Avenida Ahumada, una de las peatonales principales del centro.
En la oficina de turismo me dicen de varios hostels. Me encamino hacia la calle Jose Miguel de la Barra, donde tras una cerveza y un poco de WI-FI, me instalo en el Hostel de la Barra.
Paseo por el Cerro Santa Lucia en la tarde, y tras la cena, por el barrio Lastarria, donde hay un montón de restaurantes.
Hablo un rato con una de mis compañeras de dormitorio. Es estadounidense, y esta aquí para dar clases de ingles. Su primera idea era irse a España, pero los tiempos que corren no ayudan.
El hostel está muy bien pero no me acaba de convencer.

Me levanto y tras el  check out, me voy hasta la Plaza de  Armas, donde pregunto en el Hostel Plaza de Armas. Está en uno de los edificios que forman la plaza, muy antiguo. La última planta esta totalmente reformada para el hostel. Aquí me quedo. Dejo la mochila y me voy a pasear.
Entro en el Museo Histórico Nacional, que hoy domingo es gratuito.




Caminando paso por el Museo de Arte Contemporáneo que esta abierto y tampoco hoy cobran entrada.





Me encamino hacia el barrio bohemio de Bellavista. Hay un montón de centros culturales, bares y restaurantes, con todas sus fachadas pintadas con murales.





Mote con huesillo. Bebida típica de chile sin alcohol. Un liquido acaramelado con trigo y una especie de pequeño melocotón en cada vaso. Refrescante.



Tras comer algo, emprendo camino hacia el otro lado de la ciudad, hacia el oeste. Acabo en la Plaza Brasil disfrutando de una roda de capoeira.



He averiguado que en el Centro Cultural de España pasan una película dentro del Festival de Cine de Mujeres, El premio. Trata sobre las peripecias de una madre y su hija escapando de la represión durante la dictadura argentina, tras la desaparición del padre. 
Un largo paseo nocturno de vuelta al hostel y a dormir.


Centro Cultural de España.



Decido tomarme un autobús hasta mi próximo destino, Valparaíso, en la costa chilena.

Valparaíso

He quedado con María Jose en la puerta del Lider Express de Bellavista, en el medio de Valparaíso.
Me tomo el trolebús y mientras espero a Jose, busco un artesano que me arregle la pulsera que me regalo Fernando en Puerto Mont. Lorna me quita el enganche aparatoso que traía la pulsera y me la cose para la eternidad en mi muñeca. Pasaré en varias ocasiones por el puesto de Lorna, pero no la volveré a encontrar.
Un largo paseo la fantástica Valpo. La ciudad más bonita de las que he conocido. Esta llena de vida, de colores, me recuerda en algún caso a Lisboa. Es un poco sucia, pero creo que eso también le imprime su personalidad.
Hay gente en todos lados, un montón de juventud. La costanera está rodeada de cerros, a los cuales se accede por interminables escaleras o ascensores. Hace unos años llegaron a ser casi treinta, hoy solo funcionan nueve. Viejos cacharros que te transportan a lo alto del gran anfiteatro natural que es Valparaíso y dan una idea de lo que fue la ciudad hace varias décadas.
Una cerveza y cenamos una chorrillana. Patatas fritas, huevos revueltos, carne... todo revuelto. El restaurante es una reliquia, como todo Valpo. Tiene a un par de tipos cantando y tocando guitarra y todas sus paredes y vitrinas están llenas de objetos antiguos, así como de fotos que la gente fue y va dejando. Puedes dejar tus impresiones escritas cualquier lugar del bar donde se pueda escribir. Muy auténtico.



Jose preparándose para atacar la chorrillana.

Me lleva a conocer Horcón, un pequeño pueblo pesquero al norte de Valpo. Paseamos por la playa y nos comemos unas riquísimas empanadas de marisco. La cámara estaba en casa... ¡mal!.
De noche partido Chile vs Uruguay con los amigos de Maria Jose, y como el futbol hace amigos, nos vamos al tercer tiempo, recordando mi glorioso pasado en el rugby jajaja.
Una muy buena noche. Cerveza, risas y un montón de charlas, incluida la del colonialismo. Ahí la remé como pude jaja.
Algún que otro paseo más por la ciudad, disfrutando de sus grafitis y sus pintorescas estampas y unas cervezas nocturnas en la playa me sirven de despedida.









Me levanto temprano para irme hacia Mendoza, Argentina, pero todo cambia cuando al hacer la mochila no aparece por ningún lado el pasaporte. No se si reír o llorar, ¿se puede ser más típico?.
Lo doy por perdido, me voy a Santiago para conseguir uno nuevo en la embajada. Antes pongo la denuncia pertinente en la policía chilena.
Colectivo y de nuevo en Santiago.
Esta vez voy de frente al Hostel Plaza de Armas. Bueno, vamos a asegurarnos. Primer bolsillo de la mochila que reviso y ¡bingo!, el pasaporte. ¿Llorar o reír?. Mañana me voy a Mendoza.

Salir andando de Santiago me lleva cerca de dos horas. Llego a la ruta que va para Los Andes y hacia el paso fronterizo Cristo Redentor.
Una pareja joven. 
Otra pareja con sus tres hijas que van a rezar al santuario de Santa Teresita, la pequeña de ellas cayó desde un segundo piso y no se hizo ni un rasguño. Me dan de beber y me ofrecen un bocadillo. Esta claro que no hace falta tener mucho para darlo todo. Rezarán por mi y por mi viaje.
Una familia evangélica. Intentan volver a explicarme como es el tema de Dios. Aunque no nos ponemos del todo de acuerdo, se acordarán de mi en sus oraciones. ¡Imposible que me ocurra nada!. ¡Tengo de mi lado a todo lo divino!.
Un camión me deja a los pies de los Andes. Se dedican a la cría de burros para la producción de charqui. Carne seca y machacada que se come tipo aperitivo, no está del todo mal. Además compran y secan uva.
Otra buena caminata, cosa de una hora cuesta arriba, hasta que me levanta un hombre. Me confiesa que se acaba de fumar un porro, la verdad es que se le perdona... Hace dos días encontró a la chica con la que llevaba varios años con un amigo suyo en su casa. Me deja en la última estación de servicio antes de cruzar la frontera.
La ruta esta en obras. De 07:00 a 20:00 solo se puede pasar de Argentina a Chile. Son las 16:00, así que me queda un buen rato de espera. Se hace más amena hablando con la gente de la estación y comiendo las nueces que hace un rato un hombre me dio al pie de la carretera.
A eso de las 18:00 comienzo a buscar medio de transporte. Después de Varios no, y algún gesto de casi desprecio, debo parecer peligroso y harapiento, vale, harapiento tal vez jajaja (¡no mamá, ando limpio y curioso!), Sebas me dice que me lleva. 
Viene de pasar un par de días con una amiga de compras en Santiago.
Entre el tráfico, la espera en la frontera, la parada para comprar cena y repostar, llegamos a Mendoza a eso de las 02:00.
Un viaje muy ameno. Una muy buena conversación con Sebas.